Cuando lo esencial es lo que vives

Un nuevo blog, sin pretensiones, retomando el deseo del amigo Isidro Catela, de "estar conectado siempre a lo esencial", que me dedicó en su libro "Me desconecto, luego existo". Un ejercicio de autoconciencia, de profundización, reflexionando sobre lo primero que pueda tener en mi cabeza, en mi corazón.. para quizá depurarlo. O más simplemente: reencontrarme con lo que soy, pienso, siento y amo. Sin frecuencias concretas, sin urgencias, pero sin dejar de latir intensamente en cada palabra. Espero me valga como oxígeno, ejercicio, de ascesis, sabiendo que hay muchas cosas que me sobran, que puedo pasar sin ellas, que no me determinan... Forzado a vivir con restricción de movimientos, por un bien común, o eso dicen, uno se pone más en la piel de todos los que de modo habitual viven de puertas adentro: pacientes encamados, reclusos, comunidades de clausura,... Uno vuelve a lo esencial cuando vive esa limitación. En entonces cuando se revela, sale de dentro lo que llevaba ya de antes en su mente y en su corazón. Podemos huir de ese silencio y optar por la distracción, la diversión, o bien hacer un espacio interior, encontrarnos un poco más con nosotros mismos, que hace falta. Es preciso detenerse un poco a lo largo del día y conectarse con lo esencial. ¿Cuántos posts escribiré al día, a la semana, al cabo del mes..? Ni idea. Son, o van a intentar ser, un ejercicio de autoconciencia, sin preocuparme de nada más. "Redflexionar" un poco. Oxigenarme. Ni más ni menos, mendigando lo necesario, lo que quiero contemplar. Y compartir. En primera persona.

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